María Remedios Del Valle nació en la ciudad de Buenos Aires entre 1766 y 1767.
De origen afroamericano, durante la Segunda invasión inglesa del Río de la Plata, María Remedios del Valle ayudó al Tercio de Andaluces, una de las milicias que defendieron con éxito la ciudad.
Cuando ocurrió la revolución del 25 de mayo de 1810 y se organizó la primera Expedición Auxiliar al Alto Perú, María Remedios se unió a la marcha acompañando a su esposo y sus dos hijos, quienes no sobrevivirían a la campaña.
En 1812, al enterarse de que Belgrano se preparaba para dar la batalla de Tucumán, la víspera se apareció y le suplicó que la dejara participar en la asistencia a los heridos; y aunque el general se negó, María Remedios logró ir al frente y asistir a las tropas, que salieron victoriosas.

Los soldados comenzaron a llamarla "Madre de la Nación" y luego de la victoria de Salta, por su valentía, Belgrano la nombró capitana.
Luego vinieron las dos importantes derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, donde María Remedios fue herida y hecha prisionera. Sin embargo, incluso en tal escenario, ayudó a escapar a varios oficiales patriotas, lo que enfureció a los realistas. La feroz reprimenda no duró mucho: fue sometida a nueve días de azotes públicos que le dejaron cicatrices imborrables; pero logró escapar y reunirse con las fuerzas de Miguel de Güemes y Juan Álvarez de Arenales, con quienes siguió combatiendo y asistiendo a los heridos hasta el final de la guerra.

Después de la lucha por la independencia, María Remedios regresó a Buenos Aires, donde se encontró olvidada y reducida a la mendicidad.

En las calles de la ciudad, cerca de las iglesias, ofreció pasteles y pidió limosna. Cuando mostró sus cicatrices y relató de dónde venían, la llamaron loca o senil.

Permaneció en esta situación hasta que, en 1827, cuando el general Juan José Viamonte la reconoció en la calle y logró conseguir una pensión para María Remedios.

El 21 de noviembre de 1829 fue ascendida a Sargento Mayor de Caballería. Sin embargo, fue el gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas quien reclamó a María Remedios, incorporándola al estado mayor activo del ejército como sargento mayor y aumentando sustancialmente su pensión, que mantendría de por vida.